Ayer caminando vi una luz tan resplandeciente como una puesta de sol.
Esa luz era tan fuerte como mil rosas y como la luz de una estrella.
Me había enamorado.
Era alta, tenía cabello rojo y unos ojos enormes.
Algo me cautivó
su cabello, su altura, no
eran sus ojos.
Dicen que los ojos son las ventanas al amor.
Fede
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